Las raíces de Almería están muy conectadas con el mundo árabe ya que fue el octavo y último emir independiente y primer califa omeya de Córdoba, Abderramán III, quien fundó la ciudad, lo que ha convertido a Almería en todo un referente de historia y cultura digno de admirar y ejemplo de nuestra patria. En la época musulmana, Almería no contó con una red de abastecimiento de agua potable en los inmuebles, lo que hacia necesario que los ciudadanos levantaran o construyeran pilares y fuentes a lo largo de la ciudad.
Conocemos sobre el abastecimiento de agua en Almería gracias a al-Himyari y al-Udri, geógrafos y expertos en el mapeo del país. Según al-Himyari, Jairán fue quien mandó construir la conducción de agua durante su reinado que se extendió desde el año 1012 hasta el año 1028. Por otro lado, según al-Udri, la construcción fue durante el reinado de su sucesor Zuhayr, entre los años 1028 y 1038. Pero, en cualquier caso, lo que tradicionalmente se conoce como aljibes, se les conoce como Aljibes de Jairán.
Por ende, los aljibes son recursos arquitectónicos de la cultura musulmana que sirven para almacenar y generar agua potable. En la ciudad de Almería se construyó una conducción de agua desde las fuentes de la zona de Alhadra hasta la parte más alta de la ciudad, Puerta de Pechina (actual Puerta de Purchena). Los aljibes de uso público se edificaron durante el siglo XI, coincidiendo con la época Taifa.
De todas aquellas edificaciones, actualmente, solo se conserva el aljible situado en la calle Tenor Iribarne: tres naves intercomunicadas, de 15 x 3,5 m de superficie, construidas de sólidos ladrillos y con bóvedas de medio cañón. En total, el volumen de agua almacenada en los aljibes era de 630.000 litros, una cantidad más que suficiente para abastecer a toda la población.